miércoles, 6 de agosto de 2008

Editores, buenos lectores

Autora: Ana Laura Gallardo
analaura@terceroendiscordia.com.ar




-¿A qué te dedicas?
-Editora
-¡Ah! ¡qué interesante!
**ERROR**

Esta persona seguramente no ha entendido a qué nos referíamos con “editora”, seguramente esté buscando en su archivo mental las distintas acepciones de la palabra. Pero no nos consulta, entonces tendríamos que explicarle cuál es nuestro trabajo.

-¿Qué trabajo haces?
-Edición
-¡Qué hermoso trabajo! ¿edición de video?
**ERROR**

Esta persona ha recuperado de su archivo mental la primera acepción de la palabra que comúnmente aparece. Y por supuesto, como ha formulado una pregunta, tenemos que explicarle cuál es nuestro trabajo.
Realmente la palabra “edición” tiene múltiples acepciones.
El Diccionario de la Lengua española de la RAE nos muestra una enorme lista de significados de la palabra: “producción impresa de ejemplares de un texto […], conjunto de ejemplares de una obra impresos de una sola vez […], colección de libros que tienen características comunes […], impresión o grabación de un disco o una obra audiovisual […], cada una de las sucesivas tiradas de un periódico […], emisión de varios programas informativos de radio o televisión […], celebración de determinado certamen […]”, etc.
Pero ¿cuál es nuestro trabajo? ¿el del editor de publicaciones?
Estoy convencida de que un editor es, en todo momento, un buen lector en el sentido metafórico y literal de la palabra.
Un editor es aquella persona que es capaz de “hacer una buena lectura del mercado”, nutriéndose de las publicaciones que existen en él, pensando sobre aquellas que no existen pero que sería interesante que estén presentes y “leyendo” los intereses y necesidades del público ávido de nuevas publicaciones.
Pero no sólo debe estar atento a esto, también debe “leer” en el sentido literal de la palabra. Un editor vende contenidos, con lo cual debe estar inmerso en ellos y saber qué es lo que hay detrás de las portadas de los libros.
Un editor debe, además, hacer una buena lectura de la infinita oferta de autores existentes y estar a la pesca de nuevos talentos que den como resultado un producto (porque en definitiva el libro es también un producto) novedoso y fuera de la norma.
El editor no es un simple corrector de estilo porque debe ponerse en el lugar del escritor y no cumplir normas idénticas para todos como sí lo haría el corrector. El editor está en constante y permanente contacto con la materia prima del escritor, siendo capaz de hacer una lectura crítica y positiva del original y proponiendo cambios debidamente fundamentados que constituyan un beneficio para exaltar la calidad del original. Por eso, debe ser un “buen lector” del material que está editando (desde la concepción del proyecto el editor está editando) y tomar la suficiente distancia del autor y, muchas veces, de su propia figura de editor para leer como si lo hiciera el lector final del libro.
Además, el editor es la persona que crea sus propios proyectos editoriales teniendo en cuenta su lectura del mercado. Plasma sus ideas en un proyecto teniendo en cuenta todas las aristas que tiene la edición de una publicación, no puede dejar nada de lado: evaluar, hacer cálculos económicos, pensar en el contenido, el autor, el diseño, el marketing, la venta, la distribución.
Pero muchas veces este proyecto editorial necesitará la “buena lectura” de otros “editores” críticos y distantes que hagan una lectura objetiva y positiva del proyecto definiendo cuáles son los puntos fuertes y débiles del mismo.
El editor es el que cumple un papel protagónico en todo el proceso de edición, desde la creación del proyecto hasta la colocación del libro en las librerías. Es quien elije y tiene contacto con el autor y su obra, es quien decide sobre la imagen de la publicación y trabaja con los directores de arte o diseñadores para lograr una “buena lectura” visual del producto, es quien escribe los textos de contratapa y solapas, compila, selecciona, recorta, sugiere; es quien evalúa costos, decide sobre tintas, imprentas, papel, hace el plan de marketing de la publicación, es quien decide la distribución y el precio.
El editor es un empresario de productos culturales que interviene en cada uno de los pasos del proceso de publicación de un libro, siempre teniendo presente que no es un escritor, ni un diseñador, ni un corrector, es un “buen lector” que podría recibir una respuesta como ésta:
-¿A qué te dedicas?
-Editora
-Tengo unos escritos que quiero publicar ¿me podrías ayudar?

Bibliografía:
PÉREZ ALONSO, Paula. “El otro editor” en El mundo de la edición de libros, Buenos Aires : Paidós, 2002.

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